El niño salió de su casa y se fue camino adelante.
Anduvo medio día y se encontró con un transeúnte, que le preguntó:
-¿Adónde vas, muchacho?
-He felicitado las Pascuas a mi madrina. También
deseaba felicitar a mi padrino, pero mis padres ignoran su Un pobre mujik tuvo un hijo. Se alegró
mucho y fue a casa de un vecino suyo a pedirle que apadrinase al niño. Pero
aquél se negó: no quería ser padrino de un niño pobre. El mujik fue a ver a
otro vecino, que también se negó. El pobre campesino recorrió toda la aldea en
busca de un padrino, pero nadie accedía a su petición. Entonces se dirigió a
otra aldea. Allí se encontró con un transeúnte, que se detuvo y le preguntó:
-¿Adónde vas, mujik?
-El Señor me ha enviado un hijo para que cuide de
él mientras soy joven, para consuelo de mi vejez y para que rece por mi alma
cuando me haya muerto. Pero como soy pobre nadie de mi aldea quiere apadrinarlo,
por eso voy a otro lugar en busca de un padrino.
El transeúnte le dijo:
-Yo seré el padrino de tu hijo.
El mujik se alegró mucho, dio las gracias al
transeúnte y preguntó:
-¿Y quién será la madrina?
-La hija del comerciante -contestó el transeúnte-.
Vete a la ciudad; en la plaza verás una tienda en una casa de piedra. Entra en
esta casa y ruégale al comerciante que su hija sea la madrina de tu niño...........
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